Motivando a los niños a leer

Los libros, como los juguetes, también tienen que elegirse de acuerdo a la edad de los niños. Si das a un niño de 3 años un libro sin ilustraciones, por ejemplo, seguramente no le va a interesar. Si le das a un niño un libro que no es adecuado a sus edad puede quitarle el deseo y el placer de leer o ojear un libro. Nunca hay que obligar a un niño a leer algo que no le gusta, ya que le desmotivará y puede incluso que deje de leer. Déjale que él escoja el libro que quiera y poco a poco se irá interesando en la lectura. Libros para niños y bebés de 0 a 6 años Antes de los seis años, el niño se empieza a interesar por otro tipo de libros, los niños son mas visuales imágenes grandes y de colores vivos les atraerán más la atención, para que el niño visualice lo que está oyendo o leyendo. Existen libros que son especiales para niños chicos por el tipo de hojas y letra. Es necesario, ofrecerles diferentes temas para conocer después las preferencias del niño, en esta etapa el niño es muy receptivo y aprende todo lo que se le muestra pero también hay que tener cuidado de no imponerle nuestros gustos. Libros para niños de 7 a 9 años A esta edad los niños se interesan más por libros ricos en historias de aventuras, de magia, de misterios. La ilustración aún atrae al niño con estas edades, de hecho, es lo que más les motiva, imaginarse el escenario de su lectura. Ya pueden leer libros con más textos. Se puede introducir libros con capítulos, para que siempre quede algo de sorpresa para el día siguiente. Libros para niños de 10 a 12 años Pueden ser libros con más de 100 páginas. Las ilustraciones empiezan a desaparecer permitiendo espacio para la imaginación del niño. A estas edades, los niños ya comprenden casi todas las palabras y situaciones. Y seguramente ya tendrán sus temas de lectura preferidos. La mayoría de los libros que leen a esta edad nuestros hijos, son los que les mandan en el colegio, sin embargo, esto no debe apartar al niño de los libros que realmente escoja, que él no sienta la lectura como una obligación, sino como un hábito que irá adquiriendo.